Padre nuestro, que estas presente en todas partes; cuyas justas Leyes gobiernan todas las cosas; santificado sea Tu nombre en nuestros corazones.
Que Tu reino prometido venga sobre la tierra y permanezca con nosotros, a medida que nosotros, Tus hijos, aprendemos a hacer Tu Voluntad y a obedecer Tus Leyes. Pueda la tierra llegar a ser un Paraíso a través de la eliminación del pecado y del sufrimiento.
Danos este día la fuerza y la oportunidad de ganar honestamente nuestro pan de cada día y todo aquello que sea de beneficio para el cuerpo, la mente y el Alma.
Bendícenos Oh Padre, permitiendo que Tu Luz brille sobre nosotros. Danos el valor para superar todas las tentaciones.
Ayúdanos a liberar nuestras personas de todo lo que es maligno, de manera que podamos glorificarte a través del desarrollo gradual pero seguro, hacia la perfección de nuestra mente, cuerpo y Alma. Ayúdanos a obedecer Tu Voluntad en nuestros pensamientos, palabras y actos.
Tuyo Oh Padre es el reino del cielo y de la tierra. Tuyo es el poder y Tuya es la Gloria, que nosotros Tus hijos podamos llegar a ser como Tú.
A Ti damos las gracias y Te rogamos mientras inclinamos humildemente nuestras cabezas con corazones contritos, en sumisión a Tu Voluntad, en todas las cosas que nos conciernen.